En la zona costera de Chile afectada ayer por uno de los peores terremotos de la historia no quedó piedra sobre piedra.“Tembló y al minuto el mar entró en nuestra casa, nos llegó hasta el cuello. Abracé a mi hija y le dije: resiste”, contó Eloísa Fuenzalida, una habitante de la localidad de Iloca, completamente destruida. “Como pudimos, arrancamos por el fango hacia las montañas. No se sabe
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